En esta época del año donde las condiciones medioambientales favorecen la proliferación del mosquito agente transmisor de enfermedades como el dengue y el oropuche, las autoridades sanitarias en el municipio avileño de Majagua refuerzan el control y la vigilancia epidemiológica.

La prevalencia de arbovirus dengue (transmitido por el vector Aedes Aegypti), y Oropouche (propagado por el mosquito cúlex y el jején culicoide), mantienen en alerta a los médicos de las instituciones de salud de los cinco consejos populares, quienes dirigen acciones para la detección oportuna de las arbovirosis.

Gilberto Suárez Hernández, subdirector de Higiene y Epidemiología en el territorio, informó que, las últimas semanas se han caracterizado por la aparición de casos con síndrome febril inespecífico, y una baja reactividad en los análisis de IgM; por lo que sugirió la necesidad de acudir de inmediato al médico ante la presencia de algún síntoma sospechoso, pues resulta vital hacer un diagnóstico adecuado debido a que circulan ambas arbovirosis, con una sintomatología bastante similar.

En el trabajo epidemiológico las áreas de salud reciben el apoyo intersectorial de varias instituciones y organismos; además, de las acciones que en la comunidad realiza el personal de la campaña antivectorial, especificamente, en manzanas con alto riesgo de infestación.

Majagua sigue siendo un territorio muy complejo en cuanto a la focalidad. La ubicación geográfica del municipio propicia que el dengue sea ya algo endémico en las comunidades.

Dentro de las acciones que se acometen para el control de la enfermedad están el bloqueo de todas las viviendas y los hogares colindantes de las personas con síntomas; así como, la higienización de la comunidad, a partir de la tarea cambio de labor, la cual se realiza todos los viernes, expresó Suárez Hernández.

A las medidas expuestas, también, se suman las educativas, con el propósito de incrementar la percepción del riesgo y que en cada hogar se tomen las medidas para erradicar criaderos del vector y así poder cortar la transmisión.

«Se nos acerca el invierno pero Cuba es un eterno verano. La variación de las temperaturas no va a impedir la presencia del mosquito. Lo que nos queda es combatirlo desde la comunidad y la propia vivienda, acotó el especialista.

Producto a la propia época del año de abundantes precipitaciones y la humedad, también, aumenta la atención médica de infecciones respiratorias y diarreicas.

Ante este escenario epidemiológico el municipio mantiene estricta vigilancia para la detección oportuna de las enfermedades transmisibles.

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