Ciego de Avila; Invasor

Nadie se imagine que es un día de celebración y ya. Que el próximo 23 de agosto vendrán felicitaciones sin más compro­misos. Tampoco que son 65 años de fáciles andanzas. Son seis decenios y medio forjando oportunidades, trabajando por sus derechos, aspirando a la formación de las jóvenes, vi­van donde vivan. Así debemos entender a la Federación de Mujeres Cubanas.

La visión de Fidel al crearla cuando la Revolución no llegaba todavía a su se­gundo año de vida apuntaba a acabar con cualquier tipo de discriminación y machismo inherente en la sociedad; a potenciar su empoderamien­to en todas las tareas socia­les, económicas y políticas del país, y por supuesto, a contar con ellas para la cons­trucción de una nación en la que hoy son mayoría en sec­tores tan vitales como la edu­cación, la salud y la ciencia.

No hay obras, proyec­tos, ideas y realizaciones en el proceso posterior a 1959 en que las federadas, organi­zadas en firmes y avanzados pelotones (ellas llaman de­legaciones), no hayan deja­do sus huellas. Y también es cierto que repensar su papel en los tiempos que vivimos, en que afloran conductas tan deplorables y que parecían superadas como el acoso se­xual, la violencia de género o simplemente la minimización de su papel, cuando debe ser todo lo contrario.

Precisamente en aquella plenaria inaugural que dio vida a la organización encontramos la respuesta que requerimos hoy. Fidel lo dijo con la total convicción de quien se adelan­ta al futuro para vencer. Y así vencieron. Así necesitamos sus nuevos triunfos.

“Las mujeres constitu­yen un verdadero ejército al servicio de la Revolu­ción… La mujer es una Revolución dentro de la Revolución… Cuando en un pueblo pelean los hombres y pueden pelear las mujeres, estos pueblos son invenci­bles, y la mujer de este pueblo es invencible”.

Tomado de Trabajadores

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *