Una representación del pueblo avileño rindió tributo este miércoles a la ejemplar actitud del joven revolucionario Raúl Cervantes, primer mártir de la lucha contra el batistato en Ciego de Ávila.
En la confluencia de las calles Independencia y Maceo, justo en el sitio de la cabecera provincial donde recibiera la herida mortal que causó el deceso del joven de 22 años, siete décadas atrás, se unieron pioneros, integrantes de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y pueblo en general, en ceremonia encabezada por Misleidy Abad Modey, miembro del Comité Provincial del Partido y su primera secretaria en el municipio de Ciego de Ávila.
Ante la tarja que se dedica “a quien su caída sirviera de bandera y su sangre para escribir páginas, despertando conciencias para el rescate de la libertad y soberanía del pueblo cubano” volvieron a juntarse canciones y consignas alegóricas que antecedieron a las palabras centrales de Ángel Cabrera Sánchez, Historiador de la Ciudad.
Canciones del repertorio patriótico nacional, una constante del acto político-cultural
En su alocución destacó el origen humilde del mulato, de familia mambisa, escasos estudios y barbero de profesión, que siguió el liderazgo de Fidel Castro en la lucha contra la tiranía y se mantuvo fiel a la causa hasta el último hálito de vida. “Raúl Cervantes fue un hombre de Fidel”, enfatizó.
Resaltó, además, las circunstancias en que fue baleado y su alegato final, en el que pidió se le hiciera saber a Fidel —inmerso entonces en los preparativos en tierras mexicanas para reanudar el combate—, su convicción en los principios e ideales de lucha y en el triunfo definitivo del pueblo bajo su guía.