El inicio de la Serie Nacional de Béisbol para Los Tigres de Ciego de Ávila ha sido francamente complicado. Ocupar el lugar 14 con un récord de 1 victoria y 5 derrotas refleja una lucha evidente en el terreno de juego, pero una mirada más profunda a las estadísticas muestra una historia con matices importantes y algunas luces de esperanza para un conjunto joven y en plena formación.
El equipo se ubica como el onceno en bateo con un promedio colectivo de .243, una cifra que, si bien no es desastrosa, indica una falta de productividad evidente en un torneo ofensivo y donde se batea .283 colectivamente, cifra que debe ascender.
El mayor dolor de cabeza es la falta de poder: solo 3 cuadrangulares en 6 juegos es una cifra muy baja que dificulta anotar carreras en momentos importantes.
Sin embargo, dentro de ese panorama hay destellos de excelencia individual. Jonathan Bridón Sarduy se ha erigido como el líder indiscutible de la ofensiva, con .400 de promedio (8-20), dos cuadrangulares y 8 carreras producidas.
Junto a él, otros jugadores como Fernando de La Paz (.333), Osman Linares (.333), Cristian Pagarizabal (.333) y Alfredo Ramos (.318) han podido mantenerse sobre la marca de .300.
Con cinco hombres del lineup titular sobre .300 de average, el problema no parece ser los números individuales, sino la poca productividad con hombres en circulación, donde han dejado una buena cantidad de corredores en posiciones anotadoras.
El colectivo de picheo, con una efectividad de 5.17 (también onceno), permitir más de 5 carreras limpias por juego es una carga demasiado pesada para cualquier ofensiva que produzca poco, aunque es digno de destacar que hay un partido donde permitieron 12 anotaciones en la serie ante Matanzas.
El picheo ha tenido juegos cerrados en 4 de los seis desafíos de los Tigres.
No obstante, aquí reside la mayor paradoja y la mayor esperanza para el equipo. Buenas actuaciones han tenido:
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Liomil González: 1.13 de ERA en 8.0 entradas, a pesar de que no ha podido ganar.
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Randy Álvarez: 0.00 de ERA en 5.1 entradas.
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Erisel Martínez: 1.35 de ERA en 6.2 entradas.
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Kendrick Machado: 0.00 de ERA en 4 apariciones.
La victoria del plantel es de un relevista, Yunier Batista ante Matanzas, mientras Kevin Soto, lanzador ganador y cabeza de la estafa principal abridor del elenco, no ha podido hacerse justicia en sus dos primeras apariciones.
Este dato es crucial. Sugiere que los abridores o el pitcheo inicial están teniendo problemas, pero el relevo ha tenido buenas actuaciones a pesar de su juventud.
La pregunta clave es: ¿cómo aprovechar esta fortaleza en el bullpen si los abridores no pueden entregar el juego con opciones de ganar?
En los primeros 6 partidos de campeonato, la dificultad radica en dos puntos críticos: la falta de poder ofensivo para generar carreras y los problemas en el pitcheo inicial que los ponen en desventaja.
Los números individuales demuestran que hay jugadores capaces; ahora necesitan traducirlo en resultados colectivos.
No olvidemos que se trata de un equipo joven en formación, y muchos de estos jugadores están asumiendo la titularidad por primera vez en su carrera deportiva.
La serie se reanudará este viernes 12 de enero con doble juego desde las 10 de la mañana.